En menos de 7 días, crearon nuestra vida, nuestro
mundo; y en menos de 7 segundos, yo
destrocé el mío. A ti. Destrocé cada una de tus formas de mirarme. Destrocé
cada momento de los dos. Destrocé cada sonrisa nuestra. Destrocé la magia de
cada anochecer odiándote por no aparecer debajo de mi ventana. Destrocé cada
palabra despreciable hacia ti. Destrocé cada incertidumbre de todos estos
meses. Pam. Y se acabó. No quiero eso nunca más. No quiero tus ojos en mi
espalda. No quiero los pedazos de tu risa. No quiero no entender tus palabras.
No quiero tu manera de hacerte de rogar. No me sirve. Dejemos de hablar de
lógica en esta vida cuando lo que intentamos va contra todo principio de eso
mismo. Deja de mentirme con respecto a lo obvio, porque soy ingenua, sí, pero
nunca he sido tonta. Así que como último favor sólo te voy a pedir que seas
capaz de marcharte de aquí en menos de 7 segundos, justo el tiempo que tardé yo
en destrozarlo todo. Y te suplico que no hagas ruido al cerrar la puerta. Jamás
me perdonaría saber que te he dejado marchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario