Vistas de página en total

miércoles, 25 de julio de 2012

Vete, pero no vuelvas.

En el fondo cualquiera podría sentirse identificado con esto. Y eso es lo que me gusta, que no sepas ni por dónde cogerme. Yo nunca he escrito para ti, nunca he escrito sólo y exclusivamente para tu pelo, para tus ojos, y para las cicatrices en partes de tu cuerpo. Yo sólo escribo. Escribo, y tú imaginas como John Lennon, que mañana al despertarte habrá un mundo mejor, el tuyo y el mío llamándose nuestro. Pero todo eso lo hace tu subsconciente solito y sin ayuda de nadie. Así que a mí no me eches la culpa si al final todo esto te hace soñar y nunca sabes cual es tu nombre al abrir los ojos ni en que lugar de este jodido mundo te encuentras. Y no me digas que ya no tienes ni idea de lo que quiero en este instante de mi vida, porque no lo sé ni yo. Puedes tirar tu jodido egocentrismo a la basura, y puedes dejar de esperar lo que nunca va a llegar. Puedes irte de esta ciudad porque nadie te ha pedido que te quedes. Ni siquiera he sido capaz de preguntarte por tu vuelta, porque quizás cuando vuelvas ya no me interese ni cuando te fuiste. Y tampoco voy a pedirte que no te vayas porque no sería justo para nadie. Y quiero dejar de escuchar 'Imagine' pero no deja de sonar en mi ipod. Así que lo único que pido es que si yo no puedo dejar de imaginar por aquella tarde, tú tampoco dejes de hacerlo. Yo sólo quiero que cuando llegue el momento de darla un beso de buenas noches, te metas en tu cama y cantes, como cuando lo hacías conmigo. Canta, sólo canta. ¿Recuerdas lo que era eso o ya se te ha olvidado con tanta hipocresía en tu cabeza? ¿De verdad has olvidado todas esas letras? Siéndote sincera sería capaz de creérmelo, esta noche y 500 noches más. No me extrañaría de ninguna de las maneras que ni recordases la inicial de mi mote, y sería capaz de jurar que no tienes ni idea de todos los momentos. Y lo sé porque ni siquiera tienes ganas, pero no por mí, ni por aquella. Es porque ya se te ha olvidado lo que conlleva darse como te das tú, y lo que conlleva reírse de aquella manera. Puta llama que no para de quemarme por dentro porque no voy a ser capaz de aguantar más de dos días sin soltar una lágrima. Pero a la vez que felicidad extrema al saber que te vas a arrepentir, que ni siquiera creo que quieras volver. Y de que manera sé que esto ya es el fin, y para siempre de los siempres. Porque ni tú querrás volver, ni yo seré capaz de recordar el camino.

sábado, 14 de julio de 2012

Stand by me.


Vuelvo a ti.  Vuelven tus palabras. Vuelve tu manera de hablar. Vuelve tu forma de reír. Vuelvo a tus ganas. Vuelvo a las mías.
Vuelves.
El dónde y cuándo se funden en uno. Y en un instante enormemente  corto pero que dura más que cientos de años, volvemos a ese momento.
Jamás tendré la satisfacción plena de haber escrito suficiente sobre aquello, de haber comprendido por enésima vez el quién y sobre todo el por qué, ni de haber pensado suficiente sobre la última letra de tu nombre.
Yo sólo quería complicarme la vida, pero tú no terminabas de encontrar la manera de complicármela. A lo mejor es que calé demasiado hondo tu toalla, y al final quedó empapada. Nunca me lo ponías difícil, y aún así no había manera de, al menos, comprender alguna de todas esas infinitas palabras que tenías.
No había nada que comprender en tu mirada, porque tres veces te has atrevido a mirarme directamente. Y  las tengo contadas.
¿Y sabes? Sobre todo en los días de verano, estas noches de verano, sigo escuchando sobre ti, y deseando que vuelvas. Pero sólo un pequeño rato. De ti jamás voy a querer un siempre.
Volver a escucharte es volver. Volver a todo aquello. Y ni si quiera tengo claro que lo quiera.
Vuelvo, me miro al espejo y  veo mi yo de antes, y tu tú de aquel entonces. Y me gusta más de lo que me gustaba en ese momento. Ahora lo comprendo. Cada vez más, pero cada vez menos. No somos ni tú ni yo.   
Al final somos nosotros sin ser ninguno. Y sigo sabiendo que no puedo perdonarte esas formas de tratarme a veces. Nunca has sabido hacerlo.
Pero jamás volarás de mi imaginación. Y en el fondo sé que nunca conseguirás dejar de inspirarme. Y que jamás te diré esas dos cosas que siempre estoy a punto de decirte.

viernes, 6 de julio de 2012

No va a ser el mejor de mi vida, ni mucho menos como lo esperaba.

Jamás me he visto aquí y así, y la verdad, jamás pensé que me vería. Como te ves luchando sin parar contra algo que ya diste por perdido hace meses. O mejor aún, que diste por ganado hace no tanto tiempo. Y como ves que no te queda otra opción. Nadie te ha dado a elegir, y aquí y ahora todas las plazas ya están completas, y no queda ni un sólo puesto de cobarde. Así que he tenido que optar sin remedio alguno por obtener una de esas últimas plazas de valiente que siempre quedan libres porque nadie se atreve a escoger. Ya no hay lágrimas que valgan. Ahora no hay 'peros' que justifiquen dónde estoy, ni injusticias que me saquen de esta. El caso es que aquí y ahora, y con este puesto, me toca hacer exactamente lo mismo que llevo haciendo todos estos meses. Pero esta vez más fuerte, y esta vez, definitivo. Toca lo que nadie esperaba, y mucho menos yo. Pero esta vez, voy a tener que conseguirlo, cueste lo que cueste.