Circularidad constante. Querer a alguien no es suficiente.
¿Cuál es la opción correcta cuando alguien no se merece que le quieras pero lo
sigues haciendo? Supongo que acabas queriendo en silencio, o no tan en
silencio, pero… sin demostrar. Sí, eso es, dejas de demostrar, de dar. Y no
porque esa persona no te quiera, o porque tú hayas dejado de querer. Pero no es
de la misma forma. Y si alguien se va, y cuando regresa nada es como al
principio, quizá no exista nada a lo que volver. Y el problema es justo ese,
que ya no existe nada. Pero existió, y te quedas a vivir ahí. Quieres, y a la
vez odias por no poder volver a lo de antes. Y precisamente por eso duele. Quieres, pero su actitud no es la de siempre. Ha dejado de ser quien era. Habéis
dejado de ser quienes érais. En el momento en el que decidimos ser dos en una,
y una en dos. En el momento en el que decidimos nuestras ilusiones. Como el momento
en el que indirectamente dijimos ‘adiós’. Y lo sabíamos. Y no paramos de
decirlo. Y ahora yo vivo en ese pasado porque es nuestro presente más cercano,
y sobre todo, porque ya no hay presente que nos una. Y la cuestión sigue siendo
querer volver a un pasado imposible de recuperar. Y volver e imposible no son
palabras compatibles. No puedo volver al pasado que quiero, y no quiero vivir
en el único presente que puedo. Así que vivo en el presente que no quiero, con
cabeza y corazón en el único pasado que merece la pena. Porque de lo único que
estoy segura es de que ese pasado sí mereció la pena. Ahora no es así… Nunca
sabré si hice lo correcto o no.
Vistas de página en total
jueves, 22 de noviembre de 2012
jueves, 1 de noviembre de 2012
Hemos dejado de girar a la vez.
Claro que te echo de menos. El problema comienza porque
jamás pensé que tendría que verme en esta situación. Hubiera puesto la mano en
el fuego cien mil veces por ti sin miedo a quemarme. Y cuando de repente
comenzó a arder, no fue fácil aceptarlo. Es algo parecido a cuando llevas
aferrada a tu peluche favorito desde que eras una enana, y un día te das cuenta
de que no puedes seguir con él entre tus brazos porque has crecido y ha dejado
de hacerte feliz. Porque ya no es lo que
necesitas. Y es complicado darse cuenta de que ya no necesitas a una persona
para sonreír por el mero hecho de que ha dejado de merecérselo. De repente me
encontré con una mano quemada por el fuego que tú habías provocado, y sin
peluche favorito. Y yo me he dedicado a repetir a lo largo de mi vida que no te
iba a perder nunca porque hay determinadas personas que no se pueden perder.
Pero cuando se pierden ellas solas, dejo de saber qué hacer. Creo que hay
ciertas personas en la vida que te cuidan, te quieren y te alimentan de tal
forma, que cuando se van es imposible volver a ser la misma persona. Yo no
puedo ser la misma sin ti, y supongo que tú tampoco sin mí. Pero lo que más me
jode aceptar es que esto se ha roto de una manera en la que no creí que podría
romperse nunca, y sabes que a mí no me gustan las relaciones con parches y
desgastadas. Y lo que más me jode ver es
que venga quien venga, no va a ser igual que lo que tú fuiste. Ni aunque
vuelvas tú misma. Lo complicado de asumir es que es difícil que alguien consiga
significar lo que has significado tú durante tanto tiempo. Que ni
recuperándote, volvería a ser lo mismo. Puede que realmente esta amistad sí
tuviera fin, y puede que ya no nos
merezca la pena a ninguna. Así que voy a echarte de menos todos los días de mi
vida. Voy a seguir sin poder escuchar todas esas canciones. Y por supuesto,
jamás voy a dejar de quererte. ‘Sigo a tu lado, no me puedes perder’ como un
día te prometí, pero no de la misma manera. Y aunque necesite el último de tus
abrazos en los que el mundo se para. Y aunque sea prácticamente imposible
seguir respirando sin que me mires con esa sonrisa. Y aunque no pueda volver a
mirar unos ojos como los tuyos sin verte a ti detrás. Y aunque no consiga ser feliz de la misma manera…
No voy a volver. No puedo no tenerlo en cuenta, no puedo evitar todo este
tiempo roto. Me juré cosas que no se han cumplido. Y no puedo no ver que hemos
dejado que esto se fuera. Y digo ‘hemos’ porque supongo que yo también he
tenido algo que ver. No puedo perdonarte, no puedo perdonarme.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)